La ciudad de Cuenca, famosa por sus casas colgadas sobre el río Huécar, comienza su historia con la construcción de la fortaleza musulmana de Qūnka en el año 784. En el año 1177 fue conquistada por el rey Alfonso VIII, el cual le otorgó el Fuero de Cuenca, uno de los más prestigiosos de Castilla. La ciudad se dividió en parroquias católicas mientras que los musulmanes se establecieron en la zona del alcázar (actual plaza de Mangana) y la judería se estableció entorno a la actual calle de Zapaterías. De esta época se conservan las ruinas de la muralla de la alcazaba andalusí cuyo elemento principal es el denominado Arco del Bezudo, de medio punto, reformado durante el s.XVI y empieza a construirse el más notable monumento conquense, la Catedral. El núcleo fundamental tomó forma en el XIII; en el XIV se levantaron las naves que van desde el crucero hasta la fachada; la girola se transformó en el XVI para adaptar su estructura original a las nuevas concepciones estéticas. De esta época fue también su primera fachada, sustituida en el siglo XVIII por otra que fue preciso derruir a comienzos del XX.
En los siglos XIV y XV empezó a surgir la parte baja de la
ciudad con la aparición de los barrios de San Antón y de Tiradores. Durante
este periodo se construyeron las Casas colgadas. Originalmente estas casas
existían a lo largo de toda la fachada de la hoz del Húcar, aunque actualmente
solo se conservan tres casas restauradas.
Como en otras muchas ciudades importantes durante la
reconquista, los caballeros del Temple tuvieron presencia en la ciudad y con su
desaparición sus bienes del Humilladero pasaron a los franciscanos y la iglesia
de San Pantaleón a los sanjuanistas.
A partir del siglo XVIII, comienza el declive de la ciudad
debido a una crisis económica que continuaría durante el siglo XIX produciendo
un descenso de la población. Esto no impediría que en 1762 se construya el
actual Ayuntamiento.
En 1996 la ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad
por la Unesco y actualmente la economía de la ciudad está centrada en el
turismo.
Tras salir de la capital de la provincia continuamos el viaje por la Serranía de Cuenca dónde la primera parada, casi obligatoria, es la Ciudad Encantada, situada en la carretera CM-2104. Este paraje natural contiene formaciones rocosas calcáreas formadas a lo largo de miles de años por el viento y el agua. El acceso al parque cuesta 4€ y durante el recorrido que dura aproximadamente 45 minutos veremos formaciones que nos evocarán diversos animales y objetos como una foca, una tortuga, un mar de piedra o la cara de un hombre entre otros. Aparte de los indicados en los carteles del recorrido, existen otras formaciones que nos recordaran a otros animales como una serpiente o un rinoceronte.
Continuando por la misma carretera y poco antes de llegar a
Villalba de la Sierra nos desviaremos dirección hacia Las Majadas por la
CUV-9113. En este pueblo podemos parar a comer en el restaurante Los Callejones
donde podremos degustar una gran variedad de platos típicos de la zona. Este
sitio es famoso en la zona y tiene como curiosidad que pidas lo que pidas el
dueño te sacara sus mejores manjares del día.
A poca distancia de Beteta se encuentra el Real Sitio de
Solán de Cabras famoso por sus aguas y en donde el rey Carlos III mando
construir el balneario que a día de hoy sigue acogiendo a los turistas que
vienen a disfrutar tanto de las bondades de sus aguas como del paisaje que lo
rodea.
Dónde Dormir:
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HotelPlaza **: Situado a las
afueras de Cuenca. Trato muy agradable de los empleados y a buen precio. El
hotel está completamente decorado con artesanía africana.
Dónde Comer: