¿Quién no ha ido alguna vez a un pub
irlandés con los amigos a tomar unas cervezas y pasar un buen rato, o ha
celebrado San Patrick’s day? Pero mucho mejor sería hacerlo en Dublín, capital de
Irlanda y encantadora ciudad que rebosa alegría. Su emblema es el trébol de 3
hojas y su bebida, por supuesto, la cerveza. Su población es de 1.110.614
habitantes y como segundo idioma después del inglés, el gaélico.

La universidad Trinity College de
Dublín es la universidad más antigua de Irlanda y una de las más famosas del
mundo. Fue fundada en 1592 por la reina Isabel I. Se sitúa en pleno corazón de
la ciudad y el campus ocupa una superficie de 190.000 metros cuadrados, sobre
un antiguo monasterio agustino. Su biblioteca posee la mayor colección de
libros y manuscritos de Irlanda, unos 3 millones de ejemplares.
Custom House es el edificio de estilo neoclásico construido en el siglo XVIII a
orillas del río Liffey, que sirvió como sede de aduanas. Desde su
restauración en 1991 tras sufrir un incendio, sirve como sede del Ministerio de
Medio Ambiente. Su foto desde la orilla contraria es imprescindible.
La zona donde salir por las noches es
Temple Bar, el animado barrio de pubs donde disfrutar de cervezas, música en
directo o deportes, el más seguido en Irlanda, el rugby.
Si alguna vez habéis probado la
cerveza Guinness, no tenéis que perderos cómo la fabrican en el Guinness
Storehouse, construido en 1904, y que abrió sus puertas al público en 2000 para
mostrar su proceso de elaboración y su exposición de la historia de esta mítica
marca irlandesa. El edificio tiene forma de enorme pinta de cerveza, y en lo
más alto se encuentra el mirador donde disfrutar de las vistas de Dublín
refrescándonos con una buena pinta de cerveza negra.
Pero si sois más de whiskey, podéis
visitar la antigua destilería Jameson, fundada en 1780. Durante 200 años se
llevó a cabo en ella la producción de este whiskey irlandés, y ahora sirve como
museo de la marca. Por supuesto también ofrece momento de degustación al final
de la visita.
Si después de tanta degustación de
alcohol os ha entrado hambre, nada mejor que comer el plato típico irlandés, el
Irish Stew, que es un estofado de cordero y verduras, ¡exquisito! Y de postre
un buen café irlandés, compuesto por café, whiskey irlandés, azúcar y nata. En
la calle Grafton se puede probar en una de las cafeterías más míticas, el
Bewley’s Oriental Café que data de 1840.
A pocos kilómetros de Dublín se encuentra el pueblo de Malahide.
Resulta encantador caminar por este pequeño pueblo costero, recorrer sus calles
y ver el mar, o parar por sus pubs y cafeterías. El pueblo da nombre al
castillo que se encuentra más al este, dentro de un enorme parque forestal. Perteneció
a la familia Talbot hasta 1976 y según cuenta la leyenda está habitado por un
fantasma.
Dónde Dormir:
- Hampton Hotel ****: Situado a 15 minutos andando del centro y con parada de autobús en la puerta, en la zona residencial de Dublín, de estilo moderno.