Durante millones de años, el agua ha sido el agente físico que ha dado forma a los paisajes que hoy vemos. Una de las muestras más bonitas en España se encuentra en la provincia de Zaragoza, en la comarca de Calatayud. Allí la corriente del río Piedra ha modelado la roca dando lugar al parque natural del “Monasterio de Piedra”. El recorrido por el parque es un viaje para los sentidos apreciando la maravilla de la naturaleza y la fuerza del agua, la cual ha dado lugar a la formación de cascadas y grutas.
En el siglo XIX, D. Juan Federico Muntadas, descubrió el parque y le dio la importancia que hoy tiene. En 1945 fue declarado Paraje Pintoresco Nacional, dentro de la red de espacios protegidos de Aragón. En 2010 fue declarado Conjunto de Interés Cultural en la categoría de Jardín Histórico. En 2014 fue nominado para la elección de las 7 Maravillas Naturales de España junto con otros 19 paisajes más.
En el recorrido de 5 kilómetros del parque, encontrareis el Lago
del Espejo, la Peña del Diablo, la cascada de 50 metros llamada Cola de
Caballo, la cual oculta la Gruta Iris, cascadas como Trinidad, Los
Chorreaderos, Baño de Diana, Caprichosa, Iris, Lago de los Patos, el Vergel…
El paisaje lo forman densos bosques de ribera con sus
majestuosos árboles, de gran diversidad biológica. Es rico en flora y fauna,
como las truchas de agua dulce o las aves rapaces. Con la misma entrada al
parque se puede acceder a las exhibiciones de los vuelos de las aves rapaces,
un entretenido espectáculo para niños y mayores, a cargo de los cetreros del
parque que explican con todo lujo de detalles las costumbres de estos
asombrosos animales. Podréis sentir el aleteo de los búhos, las águilas,
buitres, pasando por encima de las cabezas de los espectadores.


derruida.
Merece la pena visitar el monasterio y la iglesia, además de
los pequeños museos que alberga. Éstos son el museo del vino D.O. Calatayud, el
museo del chocolate (fue el primer lugar en
Europa donde se elaboró chocolate), la exposición de carruajes, y el Tríptico
Relicario del monasterio.
Para disfrutar de este enclave único con calma y tranquilidad, lo mejor es hacer noche en su Hotel con Spa, que se construyó dentro del monasterio haciendo uso de las celdas de los monjes como habitaciones totalmente equipadas. Le hará sentir como en el siglo XII. Y por supuesto disfrutando de la excepcional gastronomía aragonesa, tanto en el Hotel como en el restaurante Piedra Vieja, que ofrece menú del día.